Todos los seguros asociados a la hipoteca

14 julio, 2022 | Antonio Beltrán

Las hipotecas y los seguros van muy ligados. Comprar una vivienda suele ser una de las decisiones más importantes de nuestra vida, y seguramente necesitaremos financiación para llevarla a cabo.

Aunque una hipoteca, en principio, lleva asociados escasos riesgos, estos se pueden manifestar sin aviso previo en cualquier momento. Los seguros son la solución que nos ayudará a evitar sorpresas desagradables y nos permitirá disfrutar con tranquilidad de nuestro hogar.

Los bancos suelen ofrecer la llamada hipoteca bonificada, que no es más que una hipoteca, pero mejorada, por ejemplo, con un menor tipo de interés, siempre que, en correspondencia, asociemos a ella algunos de los productos financieros del mismo banco, como pueden ser los seguros.

Pero, ¿qué tipo de seguros resultan más convenientes? ¿Podemos cubrir todos los riesgos asociados a una hipoteca con un solo seguro? No, no es posible, por desgracia.

Según nuestras necesidades y obligaciones, y dependiendo de los riesgos que queramos cubrir, tendremos que recurrir a unos u otros seguros.

¿Debemos aceptar los seguros ofrecidos por el mismo banco que nos concede la hipoteca?

Las entidades financieras sí pueden obligarnos a contratar cierto tipo de seguros. Sería el caso de una cobertura básica por daños en la vivienda hipotecada, o de una protección contra posibles incumplimientos del préstamo hipotecario, como, por ejemplo, un seguro de vida o uno de protección de pagos.

Pero los consumidores no estamos obligados a contratar los seguros con el mismo banco que nos ofrece la hipoteca. Podemos prescindir, si nos interesa, de la mediación del banco.

La ley obliga a las entidades financieras a consentir los contratos con aseguradoras externas a las mismas sin que por ello nos encarezcan la hipoteca. Sin embargo, si no contratamos sus mismos seguros, podemos perder la bonificación de la hipoteca que nos ofrece la entidad.

Puede darse el caso de que, a pesar de perder la bonificación, nos resulte más beneficioso económicamente contratar un seguro con coberturas similares con otra compañía. Es cuestión de recopilar información y ponerse a hacer números.

Desde Hipotecas Plus queremos ayudarte a tomar una decisión. Para ello hemos elaborado el siguiente cuadro, para una hipoteca de un capital de 150.000 €, a 30 años de plazo, y con un tipo de interés del 3 %. Este cuadro te permitirá comparar el coste de la hipoteca bonificada con el de la misma hipoteca sin bonificación, y ver cuánto te ahorrarías en el primer caso.

Los bancos normalmente ofrecen diferentes grados de bonificación, según contrates con ellos más o menos productos, como seguros, planes de pensiones, domiciliación de la nómina, tarjetas de débito y crédito… Por ello hemos extendido el margen de bonificación desde el 0,10 % hasta el 1 % del tipo de interés.

¿Qué tipos de seguros suelen ofrecer los bancos para vincularlos con una hipoteca, de modo que nos podamos beneficiar de una bonificación?

Los principales seguros que nos pueden ofrecer los bancos son los siguientes:

  • Seguro de vida

  • Seguro médico 

  • Seguro de hogar

  • Seguro de coche o seguro del automóvil

  • Seguro de protección de pagos

Los dos últimos seguros no suelen ser los más habituales. Pero las entidades financieras nos pueden ofrecer los cinco tipos, proponiéndonos su propia mediación en la contratación de los mismos a cambio de una hipoteca bonificada.

A continuación vamos a explicar de forma amena y sencilla las características principales de cada seguro. Al final de cada uno de ellos encontrarás un enlace hacia un artículo que te proporcionará mucha más información al respecto.

Seguro de vida

Suelen estar asociados a las hipotecas, ya que la defunción del titular puede provocar que sus beneficiarios, que a menudo son sus mismos familiares, no puedan hacerse cargo de las cuotas mensuales de la deuda pendiente, y se vean enfrentados a la posibilidad de perder su hogar.

Los seguros de vida se suelen combinar con coberturas especiales como la protección contra la invalidez total o permanente, ya que, si se produjera tal desafortunada eventualidad, el titular no podría trabajar ni, por lo tanto, hacer frente a los pagos, y además necesitaría que cuidasen de él.

Existen tres tipos de seguro de vida:

1.- De prima única: se paga la prima del seguro completa de una sola vez, al inicio. El banco puede que nos permita incluir la prima dentro del préstamo hipotecario, lo cual resultará muy cómodo, ya que estaremos cubiertos durante toda la vida de la hipoteca y no tendremos que hacer frente a más pagos.

2.- Pago fijo: la prima siempre es igual mientras dure el préstamo hipotecario. En caso de defunción del asegurado, la compañía cubre el pago de la hipoteca más un capital adicional para los beneficiarios.

3.- Pago dependiente de la deuda restante: según va avanzando la vida de la hipoteca la prima del seguro se va reduciendo. La deuda hipotecaria y el seguro de vida quedan anulados a la par.

Si la hipoteca cuenta con dos titulares, lo ideal es que ambos aseguren el 100 % del capital de la hipoteca, de modo que, si un titular fallece, el otro y sus descendientes queden con la deuda hipotecaria totalmente liquidada. La dificultad, en este caso, reside en que la prima sería muy elevada, por lo que puede ser más conveniente asegurar el 100 % entre los dos titulares, pero no repartido al 50 % entre cada uno de ellos, sino de modo que el titular con mayores ingresos asuma un porcentaje mayor. De esta manera, en caso de defunción de uno de los titulares, el otro se quedará con un porcentaje de deuda hipotecaria proporcional a sus ingresos, de modo que la cuota mensual resultante, una vez restada la deuda pagada por el seguro, sea más asumible para él.

Si deseas más información sobre el seguro de vida, te recomendamos que leas el artículo que hallarás siguiendo este enlace.

Seguro médico

No es habitual que los bancos traten de ofrecernos un seguro médico para bonificar nuestra hipoteca, pero puede darse esta circunstancia.

Un seguro médico es un contrato que se firma con una compañía aseguradora para cubrir los gastos médicos del asegurado a cambio de una prima, generalmente mensual. Se cubren los gastos médicos, clínicos, de hospitalización y farmacéuticos.

A pesar de que la Sanidad Pública es de alta calidad, el seguro médico privado supone una serie de ventajas:

  • No hay largas listas de espera como ocurre en la Sanidad Pública, que se encuentra muy masificada, lo que a menudo puede dar lugar a congestiones.
  • Con el seguro médico privado podemos acudir directamente al especialista que elijamos del cuadro médico concertado de la compañía. Podemos elegir el centro y el especialista.
  • También podemos visitar al especialista de nuestra elección, aunque nos encontremos fuera de nuestra Comunidad Autónoma.
  • Los seguros médicos privados ofrecen servicios que quedan fuera de la Sanidad Pública, como pueden ser la asistencia psicológica, los tratamientos de podología y la fisioterapia.
  • Hay una mayor agilización de los trámites ante determinadas pruebas o patologías.
  • Los seguros médicos son ideales para determinados colectivos, como los trabajadores autónomos y las mujeres embarazadas.

El colectivo constituido por los autónomos suele requerir una atención médica más inmediata, con el fin de continuar ejerciendo cuanto antes su profesión y evitar una pérdida sustancial de tiempo antes de que su problema de salud sea atendido, además de librarse de prolongadas esperas en las salas de urgencia.

Las mujeres que desean quedarse embarazadas también constituyen un perfil recomendable para el seguro médico. La ginecología, a través del seguro médico privado, proporciona un seguimiento más continuado y exhaustivo del proceso del embarazo.

Existen diferentes tipos de seguros médicos:

Con copago: se paga un porcentaje del servicio médico que utilicemos a cambio de una prima mensual menor. Es ideal para las personas que suelen requerir atención médica con poca frecuencia.

Sin copago: el asegurado no asume ninguna parte del coste del tratamiento, de la prueba médica o de la consulta, aunque los utilice de forma reiterada. La prima del seguro puede superar entre un 35 % y un 50 % a la del seguro con copago.

Baremado: es una variante del seguro médico con copago, pero con una prima mensual más económica. A cambio, el servicio médico utilizado tiene un coste mayor. La ventaja del seguro médico baremado es que no cuenta con carencias o exclusiones.

Sin hospitalización: es un tipo de seguro bastante económico, ya que no incluye la hospitalización ni las cirugías requeridas, que suelen ser los servicios sanitarios más caros.

Con reembolso: son los seguros médicos más completos, pues además de permitir utilizar sin ningún coste el cuadro médico concertado por la compañía aseguradora, facilitan también los servicios de un cuadro médico ajeno a la compañía. En este caso el asegurado asumirá previamente el coste, pero posteriormente le será reembolsado el 80 % o el 90 % del coste del servicio empleado.

Si deseamos cancelar el seguro médico, debemos comunicárselo a la compañía un mes antes del vencimiento del contrato.

Desde Hipotecas Plus te queremos recomendar los seguros médicos privados de Sanitas, ya que es una compañía que ha demostrado mucha solidez y experiencia y cuenta con una extensa variedad de seguros médicos con las que satisfacer todas las necesidades y los deseos de sus clientes.

Sanitas cuenta con las clínicas Milenium y con hospitales propios exclusivos. Dispone de más de 40.000 profesionales y más de 1.200 centros médicos. Se encuentra en vanguardia del uso de la tecnología aplicada a la salud y ofrece telemedicina, asistencia digital, tarjeta digital y una app propia para gestionar el servicio desde el móvil.

Haciendo clic aquí encontrarás mucha más información sobre el seguro médico.

Seguro de hogar

Este es otro de los seguros que más se suelen vincular con las hipotecas. Si nuestra vivienda se encuentra hipotecada es obligatorio que esté asegurada contra incendios. Esta es la póliza más básica que podemos contratar para nuestro hogar: nos protegerá la estructura de la vivienda, es decir, el continente, en caso de incendio, o porque se vea dañada por causas naturales.

Existen cuatro tipos principales de seguros de hogar:

  • Para proteger el continente
  • Para proteger el contenido
  • De responsabilidad civil
  • Multirriesgo

Antes de explicar cada uno de estos seguros, debemos diferenciar entre continente y contenido.

¿Qué se entiende por continente y por contenido del hogar?

Imaginemos por un momento que nuestra vivienda invierte su posición en el espacio, de modo que lo que antes era techo ahora se convierte en suelo, y viceversa. Pues bien, todo aquello que no se cayera al darse la vuelta sería el continente: la estructura general, compuesta de suelos, techos, paredes, instalaciones fijas… Y todo lo que cayera al girar nuestra casa sería el contenido: electrodomésticos, muebles, dinero, joyas, ropa…

Los seguros de hogar más básicos cubren el continente, es decir, la estructura. Si son más completos también cubren el contenido. Además, hay seguros que cubren la responsabilidad civil, es decir, aquellos daños que se causen a terceros desde nuestro hogar, como, por ejemplo, los eventuales perjuicios que causemos a una vivienda situada bajo la nuestra si nos vemos afectados por una fuga de agua. El seguro de responsabilidad civil cubre tanto los daños materiales, lo que se conoce como responsabilidad inmobiliaria, como los daños personales.

Si combinamos los diferentes seguros de hogar para tener cubiertos los daños al continente y al contenido, y también la responsabilidad civil, obtendremos un seguro multirriesgo. Este puede ser todo lo completo que deseemos: para cubrir daños naturales, por robo y actos vandálicos; el cambio de cerraduras en caso de extravío de llaves o por robo; los gastos por reparaciones en el hogar; los daños a terceros y la defensa jurídica; una cobertura tecnológica para proteger todos los dispositivos que tengamos en el hogar, como móvil, tableta, ordenador, etc. Es un seguro muy flexible que puede adaptarse a todas nuestras necesidades, posibilidades y deseos.

Es importante comparar los seguros de hogar, como ocurre con los seguros de cualquier naturaleza, no solo teniendo en cuenta sus precios, sino también sus coberturas respectivas.

En primer lugar debemos valorar el uso que daremos a nuestra vivienda: como residencia habitual, como segunda residencia o si la alquilaremos a terceros. Si la vivienda va a estar destinada al alquiler debemos informar a la aseguradora, que así podrá cubrirnos contra impagos o actos vandálicos de los inquilinos.

La cuantía de la responsabilidad civil cubierta ha de ser generosa, con el fin de estar bien protegidos frente a daños importantes causados a terceros. Podemos ahorrar teniendo en cuenta las coberturas ofrecidas por el seguro de la comunidad para no incluirlas en nuestro propio seguro del hogar, y evitando caer en la sobreprotección, valorando los bienes por encima de su valor real: el seguro solamente nos pagará por lo que realmente valgan las cosas.

Si quieres una información más extensa sobre el seguro del hogar, haz clic aquí.

Seguro de coche

Este seguro no suele asociarse a la hipoteca. No obstante, el banco puede premiarnos con una hipoteca más bonificada si también contratamos a través de su mediación el seguro del automóvil.

Existen cuatro tipos de seguro de automóvil:

  • A terceros
  • A terceros ampliado
  • A todo riesgo con franquicia
  • A todo riesgo sin franquicia

El seguro a terceros es la póliza más básica, ya que solo cubren los daños que causemos a terceros con nuestro vehículo, tanto materiales como personales.

El seguro a terceros ampliado incluye más cobertura, como rotura de lunas, incendio, defensa en multas, compensación por privación del permiso de conducir, préstamo sin interés para la reparación de nuestro coche, limpieza por traslado de heridos, daños materiales por atropello de un animal, etc.

El seguro a todo riesgo con franquicia supone ya un salto cualitativo importante con respecto al seguro a terceros. Aquí también se cubren los daños causados en nuestro propio vehículo. Las franquicias pueden ser de 200, 280, 300 euros…, que serían las cantidades que pagaríamos por arreglar nuestro vehículo en caso de siniestro, mientras que el resto del coste de la reparación recaería sobre la aseguradora.

Hay una desventaja notable del seguro a todo riesgo con franquicia con respecto al que carece de ella: el asegurado casi siempre tendrá que pagar el coste de reparar los pequeños golpes, arañazos y desperfectos, ya que seguramente no superaran el valor establecido como franquicia. Por ejemplo, si queremos quitar un arañazo de la puerta y nuestra cobertura es de 300 €, si el coste de la reparación es de 300 € o menos nos tocará asumirlo por completo.

La franquicia se aplica una vez por accidente. En otras palabras, solo pagaremos una vez la franquicia por todos los costes de reparación que haya supuesto un accidente o siniestro.

El seguro a todo riesgo sin franquicia es la gama más alta de los seguros de coche. Nos cubrirá cualquier daño, tanto los causados a terceros como a nuestro propio vehículo. Además, no tendremos que correr con ningún gasto si deseamos reparar los pequeños golpes o arañazos que reciba nuestro coche.

El seguro a todo riesgo ofrece protección total, tanto al asegurado como a su vehículo, con una amplia gama de asistencias y servicios. Incluye, como es natural, todas las coberturas obligatorias, como la derivada de responsabilidad civil, y también las que se otorgan en el seguro a terceros ampliado. Dispondremos, igualmente, de defensa jurídica.

El seguro a todo riesgo y también el seguro a terceros ampliado incluyen la cobertura de seguro del conductor, que se extiende a los daños que pueda sufrir el conductor del vehículo en un accidente del que él haya sido responsable. En el caso de que las lesiones le causen una invalidez temporal o permanente, recibirá una indemnización. Si se produce el fallecimiento del conductor, la indemnización la recibirán los familiares. El seguro del conductor también cubre la asistencia sanitaria, como los gastos médicos o la terapia psicológica que se precise a consecuencia del accidente.

Es muy importante tener en cuenta todas las coberturas incluidas en una póliza y entender exactamente su significado y alcance. Por ejemplo, si nuestro coche sufre un siniestro total, ¿cómo nos compensará la aseguradora? ¿Con el valor venal o con el del mismo vehículo, pero nuevo?

Es una diferencia importante, ya que el valor venal es el que tiene tu coche en el momento del siniestro, es decir, a cuánto podrías venderlo en ese momento de no haber sucedido el siniestro. En cuanto al valor de nuevo, es el precio del coche en el concesionario si quisieras comprarte ese mismo coche nuevo tras producirse el siniestro.

Este es solo un ejemplo de la importancia de entender bien las coberturas de nuestro seguro de coche. También es preciso tener muy en cuenta que, si vamos a comparar seguros, hay que hacerlo considerando conjuntamente precios y coberturas, y no solo fijándonos en los precios.

Hallarás mucha más información sobre el seguro del coche si haces clic en este enlace.

El seguro de protección de pagos

Es el que presenta una mayor vinculación con la hipoteca, pues está diseñado específicamente para cubrir las cuotas mensuales del préstamo en caso de pérdida del puesto de trabajo o por incapacidad temporal que impida trabajar.

Este seguro puede resultar vital para el titular de una hipoteca, ante las malas circunstancias que acabamos de citar. La aseguradora se hará cargo de las cuotas del préstamo con la cuantía y el porcentaje que se haya estipulado en la póliza. El seguro también evita que la persona afectada tenga que recurrir a sus ahorros o vender alguno de sus bienes para poder seguir haciendo frente a los pagos de la hipoteca.

Solo se podrá utilizar por pérdida de empleo o por incapacidad temporal, y cubrirá al asegurado el pago de las cuotas durante un determinado tiempo, total o parcialmente, según se haya detallado en la póliza.

Como en todos los seguros, hay que fijarse bien en todas las garantías y coberturas, así como en las exclusiones, franquicias o periodos de carencia que pueda contener.

Los colectivos que pueden contratar el seguro de protección de pagos son los trabajadores por cuenta ajena, los indefinidos o los trabajadores fijos discontinuos durante el tiempo en que trabajen. Las compañías aseguradoras también ofrecen estos seguros a los funcionarios, a los autónomos y a los trabajadores temporales si ya cuentan con más de seis meses de antigüedad.

Además, para que la aseguradora se haga cargo de las cuotas, el asegurado debe haber perdido su trabajo de forma involuntaria.

Puede existir la exclusión ante determinados casos de despido procedente, como serían los casos de absentismo laboral prolongado, de existencia de maltratos a compañeros u otro personal de la empresa, de ingestión de sustancias tóxicas, como alcohol o drogas, o de encontrarse bajo sus efectos durante la jornada laboral.

También puede darse la exclusión si se ha trabajado durante poco tiempo y no se ha generado todavía el derecho a cobrar el subsidio de desempleo.

La otra circunstancia general que cubre el seguro de protección de pagos es la incapacidad temporal. El médico de la Seguridad Social es quien debe dictaminar la baja médica por este motivo.

Si haces clic en este enlace tendrás a tu disposición más información sobre el seguro de protección de pagos

Consejos a tener en cuenta en relación con todos los seguros

Comparar precios y coberturas conjuntamente y huir de los Honey Pots

Para elegir un buen seguro es muy importante comparar precios y coberturas conjuntamente.

Es fácil encontrar seguros muy baratos, pero que a menudo ocultarán serias limitaciones en las coberturas. Son auténticos Honey Pots o tarros de miel, que atraen a gran cantidad de clientes gracias a su buen precio, pero que luego, cuando se produzca un siniestro, nos mostrarán sus insuficiencias.

Si te es posible, no fracciones el pago

Cuando se trata de pagar una prima anual se puede recurrir a fraccionar el pago. Seguramente te será más asumible, pero, si te lo puedes permitir, realiza un pago único, porque el fraccionamiento te supondrá, al fin y al cabo, pagar más.

Evita sobreprotegerte

A veces puede que una misma cobertura la tengamos en dos de nuestros seguros. Leyéndote bien todas las pólizas evitarás duplicidades y conseguirás, así, primas más económicas. Ten en cuenta que los seguros nunca te darán más de lo que realmente valgan las cosas, así que no caigas en la exageración contratando pólizas con primas excesivamente elevadas.

Pon mucha atención en las exclusiones, los límites y los periodos de carencia

Insistimos: lee bien la póliza de cada seguro, ya que puede haber límites, exclusiones o periodos de carencia que te dejen desprotegido. Te damos un ejemplo de cada concepto:

Límite: un seguro de protección de pagos que te cubre el pago de las cuotas de la hipoteca solo durante los primeros doce meses de haberse producido la pérdida del empleo.

Periodo de carencia: un seguro médico privado que asista en el parto solo si ya se han pagado ocho meses de la prima.

Exclusión: un seguro de vida que excluya a los beneficiarios del cobro de la indemnización por haberse producido el fallecimiento del asegurado durante la práctica de un deporte de riesgo.

Si cancelas el seguro asegúrate de que está bien cancelado

Recuerda que en los seguros no debes dinero a nadie. Simplemente son una fórmula ideal para protegernos ante infortunios que podemos sufrir en cualquier momento de nuestras vidas. Nos dan tranquilidad y nos ayudan a adoptar un estilo de vida con más certidumbre, seguridad y confianza. No obstante, si no deseamos un determinado seguro, queremos cambiar de compañía o no podemos hacer frente a sus primas, podemos cancelarlo de forma rápida y sencilla.

La cancelación de un seguro tiene que hacerse en unos plazos concretos. Hay que notificar a la compañía que no deseas continuar con el seguro como mínimo un mes antes de que se dé por vencido el contrato. Además de comunicarlo a la aseguradora, debes procurar que quede constancia de que han recibido la información. En caso contrario, la aseguradora puede considerar que no has hecho la petición, el seguro no se cancelaría y te llegaría el cobro de la siguiente prima.

Si firmas el contrato de un seguro y te arrepientes, dispones de 14 días para desistir de él. Seguramente no te devolverán la prima completa, ya que te descontarán los días de seguro consumidos. En el caso de los seguros de vida, el plazo de desistimiento es más extenso, concretamente de 30 días.

Recurrir a compañías con experiencia y solidez

Desde Hipotecas Plus te queremos recomendar que contrates tus seguros con empresas aseguradoras que hayan demostrado largamente su solvencia, seguridad, experiencia y solidez.

 Nosotros somos agentes exclusivos de Zurich, y la conocemos muy bien como compañía aseguradora. Cuenta con 130 años de experiencia, dedicados a conocer las necesidades de las personas y a ofrecer coberturas a miles y miles de clientes que han quedado sobradamente satisfechos de sus servicios. Es una aseguradora internacional de gran solvencia y robustez, que garantiza plenamente todas sus coberturas.